En mi corto tiempo de vida, entiendo que hay dos maneras de ver el transcurso de un país a lo largo del tiempo: crecer o envejecer. Es así que nuestra Nación se ve afectada por el envejecimiento cada vez que el enfrentamiento o antagonismo de ideales sin acuerdo, gana una batalla más.
Nunca podemos ver un crecimiento sano, sino una mal formación de la sociedad, trayendo consecuencias en las distintas esferas sociales. Es así que parecería utópico llegar a ver en nuestros años de vida la formación de este país con bases y principios en los valores del respeto, la tolerancia y el acuerdo.
La Biblia dice, citando las palabras de Jesús: “Una vez más les digo, que si en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá”.
Algo que aprendí hace algunos meses, es que para poder estar de acuerdo no es necesario negar nuestros principios y someternos el uno al otro, sino que es vital reconocer que mi individualismo no puede prevalecer por sobre el resto de las personas, y entender que aunque no pensemos iguales podemos ponernos de acuerdo y decir: “Estamos de acuerdo en que no estamos de acuerdo” y eso ya produce resultados extraordinarios para poder continuar trabajando por y para el resto y construir juntos lo que antes no podíamos.
Argentina dejará de envejecer y comenzará a crecer cuando deje a un lado la individualidad predominante de hoy. Necesitamos ponernos de acuerdo para alcanzar lo que tanto estamos esperando hace décadas: La igualdad y justicia social; y de verdad poder decir “Argentina, ya es un país con buena gente”.
Lucas De Felice