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miércoles, 1 de octubre de 2014

“Si entre ellos se pelean”

En la actualidad vemos constantemente las diferentes corrientes ideológicas y políticas que permanecen a través de los años en Argentina y cómo estas se enfrentan, por medio de sus referentes, sin llegar a acuerdos que aquieten las aguas.

En mi corto tiempo de vida, entiendo que hay dos maneras de ver el transcurso de un país a lo largo del tiempo: crecer o envejecer. Es así que nuestra Nación se ve afectada por el envejecimiento cada vez que el enfrentamiento o antagonismo de ideales sin acuerdo, gana una batalla más.
Nunca podemos ver un crecimiento sano, sino una mal formación de la sociedad, trayendo consecuencias en las distintas esferas sociales. Es así que parecería utópico llegar a ver en nuestros años de vida la formación de este país con bases y principios en los valores del respeto, la tolerancia y el acuerdo.

La Biblia dice, citando las palabras de Jesús: “Una vez más les digo, que si en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá”.

Algo que aprendí hace algunos meses, es que para poder estar de acuerdo no es necesario negar nuestros principios y someternos el uno al otro, sino que es vital reconocer que mi individualismo no puede prevalecer por sobre el resto de las personas, y entender que aunque no pensemos iguales podemos ponernos de acuerdo y decir: “Estamos de acuerdo en que no estamos de acuerdo” y eso ya produce resultados extraordinarios para poder continuar trabajando por y para el resto y construir juntos lo que antes no podíamos.

Argentina dejará de envejecer y comenzará a crecer cuando deje a un lado la individualidad predominante de hoy. Necesitamos ponernos de acuerdo para alcanzar lo que tanto estamos esperando hace décadas: La igualdad y justicia social; y de verdad poder decir “Argentina, ya es un país con buena gente”.

Lucas De Felice

martes, 15 de abril de 2014

Todo me habla de lo mismo

"El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor,
día grande y terrible"
La Biblia  [JOEL 2:31]
Se hablaron de muchas cosas estos días con respecto a la #LunaRoja. Especialmente ayer lunes, con especulaciones de los habladores por excelencia o los conocidos panelistas "preparados para hablar de todo, en cualquier momento".

Pero hay algo extraordinario que pasa cuando un evento de la naturaleza o del sistema se manifiesta y ya estaba "anticipado". Todos empiezan a mostrar y sacan a relucir sus creencias, sus posturas, sus fábulas o sus certezas por qué no. Hay quienes se abstienen y no dicen nada. Y claro, los que no tienen posturas, compran la que más les conviene al momento por dos o tres días y luego vuelven a lo mismo de siempre: NADA. (entiéndase).

Lo cierto es que personalmente, encuentro que TODO ME HABLA DE LO MISMO. Todo termina girando en lo mismo. Nada queda sin lógica para mi. No tengo que esforzarme para entender (o intentarlo al menos) esta clase de "eventos". Todo me grita y dice lo mismo: "PONETE A CUENTAS".

¿De qué estás hablando querido?
Tengo un Dios que cuando promete algo, lo cumple. Y ya me habló de todo esto. Te lo aseguro.
Y dejó en mi una responsabilidad muy grande y valiosa: decidir dónde quiero pasar la eternidad. ¿Suena raro? Puede ser. Pero algo dentro mio también me dice: necesito estar a cuentas con mi Creador.

Hay cosas que nunca mi mente va a poder entender ni explicar. Pero de algo estoy seguro; con Él quiero estar. Dentro de mí algo me empuja a estar a cuentas con Dios. Fuera de mí, todo me dice que es mejor que esté a cuentas con Dios.

Es el mismo grito de la creación diciéndome: "Ponete a cuentas, Él viene pronto. No se tarda..."
Sean los mayas con el fin del mundo, los terremotos, los tsunamis, las guerras, el descontrol, la indiferencia, o la luna ruja, es el mismo Dios recordándome: "Ciertamente vengo en breve". Y mi respuesta sigue siendo: "Amén; sí, ven, Señor Jesús."

"Y todo el que invoque el nombre del Señor escapará con vida" (Joel 2:32)