Hace casi tres años empecé la carrera de Comunicación Social. Hoy estoy en el último cuatrimestre, en la recta final. Y muchas cosas que no entendía, ahora las tengo más claras.
Todos somos un canal de comunicación. Portamos información. La recibimos; la generamos; la decimos; la comentamos. EN FIN, COMUNICAMOS.
Lo que me inspiró a estudiar la carrera no fue el título ni las ganas de hacerla -para nada-. Fue la motivación por descubrir la verdad. Qué pasó, dónde fue, quién lo hizo, por qué y para qué fin. (Por eso pregunto tanto).
Conocer la verdad nos hace libres. Nos saca las vendas. Desarrolla confianza (y decepciones también). Pero el precio para conseguirla no cualquiera lo paga.
Creo que fuimos hechos para conocer la Verdad, pensar la Verdad, decir la Verdad y practicarla. Más allá de los formatos que la comunicación tenga, los ejes donde se desarrolle y quién tenga más ventaja de dar su versión de las cosas, TODOS podemos y debemos ejercer con responsabilidad la influencia que tenemos sobre los otros y ser una mano tendida, no un pie de traba.
Estudio comunicación porque fui creado para dar a conocer Algo mayor que yo mismo: la Verdad.
¡COMUNIQUEMOS! Somos agentes de cambio.
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